En la madrugada del 28 de junio de 1969, la policía irrumpió en el bar “Stonewall Inn, el cual era frecuentado por homosexuales, drags queens y bisexuales. Su propósito era llevar a cabo una redada indiscriminada.
Entraron insultando a la clientela y, después de comprobar identidades, tiraron literalmente a los clientes fuera del bar. En vez de deslizarse silenciosamente en la noche, como siempre lo hicieron, estos se mantuvieron en su territorio y lucharon defendiéndose.
Alguien sacó de raíz un parquímetro y lo usó para asegurar la puerta como barricada. Los agentes y los policías fueron atrapados adentro. Éstos, destrozaron el lugar y llamaron refuerzos. Una fuerza desproporcionada de vehículos policiales acudió a la escena con las sirenas resonando.
La multitud creció. La calle comenzó a reunir en la protesta a grupos de gays tomados de la mano, besándose, expresando su condición públicamente como tales, en una acción de liberación como nunca antes se había visto. Alguien prendió fuego y ya las protestas no pararon hasta los tres días.
Según declaraciones de algunos protagonistas, en medio del enfrentamiento, las travestis entonaban una canción que decía así: Somos las chicas de Stonewall / Llevamos el pelo rizado / No llevamos ropa interior / Enseñamos el vello púbico / Somos la reinas del lugar / Siempre llevamos vaqueros / Llevamos el pelo rizado / Porque creemos que somos chicas.
Después de varios choques violentos con la policía las aguas se amainaron y volvió la calma. En la conciencia de todos había empezado una nueva era en la lucha por los derechos de gays y lesbianas, después de innumerables años de represión.
Este punto de inflexión hizo nacer y crecer el "Gay Power", El Poder Gay.
